Saco de huesos,
voy a prohibir que vendan tus pieles en el mercado.
Estas, que duermen entre mis brazos
no habrá curtidor osado que las pague.
Las básculas del mercado no apostarán ni un cero por tu carne.
Me quedo con tu astucia
guardada en la nevera.
Este puchero, sin tus huesos, ya no sabe a nada.
Saco de huesos que te cargo en mi espalda.
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